En el momento de nacer no tenemos cualida-
des, buenas ni malas. En tu naturaleza ocu-
rren cambios debidos al alimento consumido,
a la influencia de las relaciones, etc. Desa-
rrollamos ego y apego a través de la compa-
ñía que frecuentamos. A medida que se te
educa, desarrollas orgullo y abrigas pensa-
mientos de vanagloria acerca de tu superio-
ridad sobre los demás. Este engreimiento
contamina el corazón. Cuando el agua se
mezcla con la leche, la leche debe hervir-
se para que se purifique. De la misma ma-
nera, tenemos que someternos a diversas
prácticas espirituales (Sadhana) para pur-
gar de impurezas el corazón. Sólo cuando
el corazón se derrita con el calor del amor
divino, tendrás éxito en eliminar las malas
cualidades. Ten claro que sólo tú eres la
causa de tu suerte, buena o mala. Dios no
toma parte alguna en causar tu sufrimien-
to, y eres libre para moldear tu futuro. En-
tonces te aproximarás a Dios con un paso
más firme y una mente más clara.
-BABA
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