Las personas llenas de ego aman ejercer
autoridad sobre los demás. Todo lo ven
a través de cristales teñidos por el humo
del egoísmo y el amor propio. "Mis pala-
bras son la verdad". "Mi opinión es co-
rrecta". "Mis acciones son apropiadas".
Tal comportamiento es muy dañino pa-
ra los aspirantes espirituales. Los aspi-
rantes deben dar cabida con entusiasmo
a toda crítica objetiva, o sugerencia, o
consejo, no importa su procedencia. A-
sí mismo los aspirantes deben minimizar
todo debate o discusión, ya que esto ge-
nera un espíritu de rivalidad y nos con-
duce a aireadas represalias y a una lucha
vengativa. No te esfuerces por ganar la
estima del mundo. No te sientas humi-
llado o enojado cuando el mundo parece
no reconocerte a ti ni a tus méritos. A-
prende esto como lo primero y principal,
si eres un aspirante al éxito espiritual.
No te regocijes cuando seas elogiado;
en ello reside una trampa mortal, que
puede hacerte extraviar y poner en pe-
ligro tu progreso.
-BABA
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