La sabiduría nos indica el camino hacia lo alto,
porque no es abajo, a nivel del suelo, donde se
adquiere un buen conocimiento de las cosas.
Aquél que quiere ver lo que ocurre en el valle,
debe subir hasta una cima; una vez arriba, no
sólo ve, sino que está protegido, los enemigos
no pueden alcanzarle. Si se acostumbran a me-
ditar sobre la imagen de una cima, un día logra-
rán reunirse con Aquél que los Salmos llaman el
Altísimo. Entonces, incluso en medio de la tem-
pestad, algo en ustedes será capaz de permane-
cer allí, en las alturas donde nada puede perju-
dicarles. La sabiduría y la luz atraen a los seres
hacia lo alto. De momento, las penas y las di-
ficultades son las que les hacen reflexionar y
ser más sabios. Pero este período pasará, y un
día será el gozo, la sonrisa y la alegría las que
acompañarán a la sabiduría.
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