La mente concibe un objeto y coquetea un poco
con él, pero pronto lo descarta por otro objeto
más atractivo, hacia el cual corre, y por el cual
comienza a preocuparse. El Sadhaka (aspirante
espiritual) tiene que estar siempre atento a esa
tendencia de la mente. Cuando la mente vuela
de objeto en objeto, debe ser traída de vuelta
al camino correcto y al objeto correcto. Ésta es
la práctica espiritual correcta, el camino de la
concentración y la meditación. Si, en cambio,
el aspirante no se esfuerza por alcanzar esta
concentración puntual y deja la mente libre,
siguiendo sus desvaríos de aquí para allá, el
proceso merece llamarse 'meditación de mo-
no', un tipo de meditación que es ciertamen-
te muy dañino para el progreso espiritual. De-
bes reorientar a la mente para que se concen-
tre y se enfoque en un punto. La concentración
te dota de alegría divina, de sabiduría sin lími-
te, de visión interior, de perspicacia para cap-
tar las verdades profundas, de un entendimien-
to más claro, y de la unidad con Dios.
-BABA
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