Abandonar la conciencia del cuerpo debe
ser tu firme propósito. Esto se debe ex-
presar en la práctica como disciplina y
entrenamiento de los sentidos y las emo-
ciones. Ni el agua ni el fuego, como ta-
les, pueden mover un tren. Ambos deben
cooperar para producir una tercera cosa,
el vapor, que hace avanzar el tren. Trata
a la disciplina como más importante in-
cluso que el alimento. Este cuerpo (deha)
no es más que un instrumento para perca-
tarse del Morador (Dehi). Con decisión y
fe, alimenta tu espíritu tan escrupulosa-
mente como alimentas al cuerpo. Logra-
rás la unión con el Morador sólo cuando
hayas dominado tus agitaciones mentales
y hayas alcanzado la ecuanimidad. Cual-
quiera que sea el camino - la devoción, la
sabiduría o la acción desinteresada - debe
conducirte a lograr la ecuanimidad. Para
cruzar a salvo la corriente contínua del
nacimiento y la muerte, debes construir
ese puente sólido y seguro llamado disci-
plina inquebrantable (nishta).
-BABA
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