Tu valía no se mide por el número de templos
que has visitado, ni por la cantidad o costo de
las ofrendas que allí has hecho. No calcules con
alegría cuánto tiempo has pasado con el Nombre
de Dios; más bien calcula con arrepentimiento
cuánto tiempo has malgastado lejos de Señor.
¿Cómo pudo la Madre Sita, en la épica Ramayana,
hacer frente a las burlas, insultos y torturas de
sus agresores en Lanka? ¿Qué fue lo que le dió el
vigor mental? Fue la repetición del Nombre del
Señor, y nada más. Recuerda siempre que el de-
seo, la ira, la codicia, y el odio no pueden coe-
xistir con la Divinidad. Un sabroso plato se hace
incomible, si cae en él una gota de queroseno.
Un mal pensamiento o acción son suficientes
para echar a perder la disciplina espiritual, la-
boriosamente edificada a lo largo del tiempo.
Ten siempre en tus pensamientos, al Nombre
Divino, y podrás desafiar cualquier calamidad.
-BABA
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