Lo que existe es sólo aquél que percibe
tanto el ensueño como el estado de vi-
gilia: el "yo". Conozcan a este "yo"; y
sepan también que "yo" es lo mismo que
"Él" (Dios). Pueden saber esto sólo me-
diante una intensa disciplina espiritual,
que no esté manchada de ira, envidia y
codicia, los vicios que brotan del ego.
Tienen que vigilar cuidadosamente y
controlar estos vicios. Cuando ustedes
se enojan, actúan como si estuvieran
poseídos por espíritus malignos; sus ros-
tros se vuelven feos y aterradores. Co-
mo el foco rojo que parpadea cuando
se acerca un peligro, sus ojos y cara se
vuelven rojos, y actúan como una ad-
vertencia para ustedes. Presten aten-
ción a esa señal, y vayan calladamen-
te a algún lugar solitario. No den vía
libre a palabras malvadas. Una vez que
crezcan en sabiduría, el ego caerá na-
turalmente. Por lo tanto, cultiven la
sabiduría y el discernimiento, median-
te el conocimiento de la naturaleza
efímera de todas las cosas objetivas.
Entonces el ego morirá de muerte na-
tural en el campo de sus corazones,
y alcanzarán la salvación.
-BABA
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